Comenzar, arrancar. Tanto para decir y tan pocas palabras que quieren asomar.
No sabía como poder definir este primer escrito. Medite en muchos títulos: “Espejismo” “Paz”, “Caos”, “Otro mundo posible existe”
Seguramente te preguntaras por que todos estos nombres.
“Espejismo” no solo me remota a un tema de Ismael Serrano (aunque esa letra tenga algo en relación). Miro a la distancia lo que sucede en Europa-en España en particular- y me veo reflejada. Siento que allí se encuentra esa gente con esperanzas de cambiar esa sociedad dolorosa, manchada y desgatada, como nuestra aquella del 2001.
Se que hay diferencias lógicamente, pero ellos luchan por que si exista ese otro mundo posible. ¿Nosotros acaso no luchamos-y seguimos- por la misma causa?
Cuando hablaba de “Paz” la relacionaba, obviamente, con el “Caos”. Todos buscamos la paz.
Afuera se matan por pérdidas de regímenes o ganar una guerra que comenzó hace años y aún no termina; aunque uno de los protagonista de dicha contienda no se “encuentre más sobre la tierra” por haber sido “eliminado” (más supuesto que verdades certeras) por las otras “estrellas” de esa batalla. La misma, en donde los actores principales manejan todo y los que son de repartos desaparecen y se esfuman con tristeza hacía otro sitio.
Y aquí, vuelvo otra vez al “espejismo”, salvando las distancias, claro esta. Se destruye aquello que se disfruta, se traslada diferentes situaciones vividas en un país a ese lugar que alegra los domingos.
No existe explicación lógica para la pasión ¿la podes definir? Supongo que no. Pero tampoco puede coexistir para la violencia. ¿A eso nos lleva la tan difamada y renombrada pasión? No creo que sea el caso.
Estamos inmersos en un país en donde un club fútbol demuestra lo que es “jugar”-de mala manera- con aquello que se quiere, donde se destruye lo que se construye y más aún en el cual, cuando se acuerdan del error cometido, ya es demasiado tarde: no hay penas, ni llantos que valgan.
Ese mismo país, el que tiene aquella sociedad cambiante, que puede salir a protestar por lo que no le gusta-como fue hace diez años atrás- o que ahora se enfrenta y despotrica entre ellos mismo por pensar distinto.
Tal vez esto, sea un reflejo de lo que vemos todos los días en ese cubo mágico, mal llamado televisión (recuerda, siempre será mejor un libro antes que eso). El reflejo de gente que nunca logra ponerse de acuerdo por absolutamente nada y que pelean por unas simples migajas y lucran con nuestros propios intereses.
Así es nuestro país, como el resto de la tierra. Con “espejismos”, faltante de “`Paz” repleta de “Caos” pero esperando aquel “ Otro mundo posible que existe”
Mal escrito por Bet .